Por Santiago Escobar
Este viernes fue otro día de intensidad para los dólares libres. La emisión monetaria, las múltiples restricciones al mercado cambiario, la poca reacción del Frente de Todos a la situación y una inflación que se estima en un piso de base del 80% para fin de año, mantienen al mercado cambiario sumergido en una fuerte incertidumbre sobre el devenir económico.
La respuesta a esa situación, que empezó el 2 de julio, día en el que Martín Guzmán abandonó el Palacio de Hacienda, fue que los tipos de cambios paralelos se disparan y alcanzaran, casi todos los días, nuevos máximos nominales históricos.
Tras la nueva escalada cambiaría, distintos sectores advierten que la suba fuerte del blue se está trasladando con rapidez al precio de los alimentos. Silvia Saravia, coordinadora de Barrios de Pie, afirmó que “se aceleró el aumento de los precios de los alimentos” y remarcó que las subas “agravan la posibilidad de llevar un plato de comida la mesa”. Las palabras de la dirigente social se desprenden de una entrevista con AM750.
Gustavo Lazzari, economista y empresario pyme, explicó a PERFIL que: “Estamos en un proceso casi hiperinflacionario. Estamos iniciando el proceso, todavía puede ser reversible, pero ya está iniciada. No solo suben los precios de los alimentos, suben absolutamente todos los precios. Suben en proporciones distintas, y no en patrón al dólar blue o los otros tipos de dólar. Sube con relación a la desvalorización brutal del poder adquisitivo de la moneda local”.
“El dólar blue es un reflejo, los precios de los alimentos es otro reflejo, el precio de los plásticos y las cajas de cartón son otro reflejo, es decir, se están desmadrando todos los precios de la economía. Hoy la economía es: la que tiene precios ajusta una vez por semana, y el resto de la economía no tiene precios. La inexistencia de precios también está provocando la disparada en los valores de un montón de mercancías, porque no se consiguen insumos críticos tras la locura de haber cerrado la las importaciones el 28 de junio de 2022”.
Diana Mondino, economista y directora en la Universidad del CEMA, opinó en diálogo con PERFIL: “La situación cambiaria es fruto de la política que adelantó el Gobierno de dificultar las exportaciones y al mismo tiempo tener un precio muy generoso para las importaciones. Lo que ha llevado a una crisis en las reservas del Banco Central. El dólar tiene impacto en múltiples costos, empezando por la energía, que como tiene un mayor costo, se traslada directamente en los precios o indirectamente a través de la inflación producto de la mayor emisión que, es necesaria para financiar el déficit producto de haber importado energía. Es un círculo vicioso”, coincidiendo en algunos puntos con Lazzari.
Ramiro Marra, diputado de Libertad Avanza y youtuber financiero, señaló a este medio: “El movimiento del dólar blue, con la escasez de dólares en el Banco Central, hace una combinación fatal, porque muchos tienen miedo de no poder recomponer sus productos y con justa razón. Deciden empezar a stockearse y al mismo tiempo tienen que tener una cobertura en el precio. Esta inflación acelerada está acompañada de una recesión que, es el peor escenario”, señaló el líder libertario.
“Por un lado, el aumento del tipo informal no impacta automáticamente en precios, pues no es un mercado que contenga la demanda y oferta de insumos de la cadena de alimentos. No obstante, y es lo que ocurre actualmente, es un mercado que influye en las expectativas de la economía y más aún cuando la brecha entre el precio de este mercado y el del oficial se ensancha. En esas condiciones, sí podemos ver posibles efectos desde este mercado hacia otros precios.”, explicó a este medio Martín Calveira, investigador del IAE Business School.
¿Es el dólar blue un mercado marginal?
Lazzari disiente con la portavoz de Presidencia, Gabriela Cerruti, quien este jueves volvió a dejar claro que el dólar blue es un mercado marginal y que “no impacta en la economía real”. “No es un mercado marginal, hay muchas personas como también empresas que tienen deudas en dólares billete, con lo que el blue es la variable relevante de su vida. Además, el dólar blue es el instrumento de ahorro, el activo refugio y la tabla de salvación de un montón de personas que no saben qué hacer con sus pesos. Atacar un termómetro como es el dólar blue, es perder el tiempo”.
Para Mondino, también resultó falso que el “dólar blue es un mercado marginal. “No es así por muchas razones, pero la principal es porque es la única manera que tenemos muchos argentinos de ahorrar, entonces si el dólar es más caro no hay posibilidad de ahorro o se reduce el ahorro. Si hay menos ahorro, no hay inversión, entonces afecta el crecimiento de la economía”.
Sobre el dólar blue, Ramiro Marra coincidió: “El mercado blue es un termómetro social y económico, no se lo puede menospreciar de ninguna manera, es la principal variable económica de corto plazo que los argentinos utilizamos para tomar decisiones económicas”, con lo que deja claro que la posición del oficialismo de bajarle categoría al dólar blue no es el camino.
Calveira se diferenció de los demás economistas consultados por PERFIL: “ El dólar blue efectivamente es un mercado marginal en comparación al oficial donde se liquidan las divisas del comercio exterior (importaciones más exportaciones) en torno a los U$S 14.000 millones mensuales. Sin embargo, dado que la economía la podemos pensar como un entramado de decisiones motivadas por incentivos y preferencias, en un contexto de inflación crónica, muchas decisiones de precios se toman con mayor celeridad y tomando información de otros mercados sin importar su dimensión”, comenzó diciendo.
“Esto se amplifica ante la aceleración de la inflación y la incertidumbre, configurando que los agentes formadores de precios comiencen a tomar información de mercados marginales para minimizar potenciales riesgos y pérdidas de rentabilidad”, agregó.
¿Qué proponen los economistas?
“El Gobierno no tiene alternativas para enfrentar la situación porque no tiene poder político, ni económico”, respondió Ramiro Marra al ser consultado sobre qué herramientas tiene en su poder el Ejecutivo en este momento para revertir, sortear o cambiar la situación de la economía argentina.
Lazzari contestó a la misma pregunta: “Hoy, lo que contiene a los más vulnerables ante la disparada del dólar es un plan económico con liderazgo político que baje la expectativa inflacionaria y permita frenar este ritmo actual. Parecería que no se está tomando real conciencia de lo que está sucediendo”.
Para la economista Diana Mondino el Gobierno todavía tiene algunos mecanismos para evitar una hiperinflación, pero tiene que cambiar “ya” el rumbo de su política económica. “Si el Gobierno no hace nada, puede tener más inflación, o una recesión, lo que significa pobreza y desempleo. O ambas. No hablaría de una hiperinflación”, señaló Mondino, pero advirtió que el camino para evitarla es “abrir la exportación para que entren dólares”, esto, bien explicó, no va a traer una tormenta de divisas, pero “sí va a ser un 5 o 10% más, suficiente para romper este círculo vicioso”.
El investigador Martín Calveira considera que el Gobierno debería coordinar una mesa de diálogo “seria” con las organizaciones sociales, sin importar el signo político. “Esto al menos generaría un espacio de cohesión temporal. Atender las demandas debería traducirse en ayuda alimentaria y de ingreso, pero esto último estrictamente temporal y controlado, pensado como subsidio hacia el empleo”.
“Simultáneamente, se debería anunciar claramente un programa de estabilización inflacionaria que sea convergente en todo el espacio político y con los demás espacios. De lo contrario, las medidas temporales deberán extenderse, lo que ya conocemos en nuestro país”, concluyó.
Martin Calveira es investigador del área Economía