PATRICIA DEBELJUH Directora de CONFyE (Centro para la Conciliación Familia y Empresa) de IAE Business School, Universidad Austral.
Trabajar desde casa es un aspecto muy valorado por las mujeres, ya que puede expandir sus oportunidades laborales, presenta opciones de empleo con alta flexibilidad, reduce barreras de entrada en sectores masculinos y facilita el acceso a una amplia red de contactos con un mayor flujo de conocimientos e intercambio de experiencias.
Sin embargo, no todos los trabajos pueden hacerse desde casa y son muchas las barreras digitales para las mujeres, rezagadas aún en el acceso a la tecnología.
Dado el acelerado avance de la llamada Revolución 4.0, surge la pregunta: ¿Es la transformación digital un riesgo o una oportunidad para la igualdad de género en el mercado laboral? La era del conocimiento logró nivelar las oportunidades de trabajo, antes asociado a la fuerza física y ahora, al conocimiento y el acceso a la información. En este sentido puede decirse que la era digital es una fuerza igualadora.
A esto se suma el auge que tendrá el teletrabajo y su flexibilidad, facilitando combinar dedicación al trabajo con responsabilidades de cuidado. Así lo confirma un estudio realizado por el Centro Conciliación Familia y Empresa del IAE Business School Argentina, que muestra que durante la pandemia, las encuestadas mujeres pudieron dar a conocer a su jefe y compañeros su realidad familiar en un 20% más que los varones.
Esta nueva modalidad de trabajo nos llevará a nuevos entornos laborales, flexibles, conciliadores, empáticos y sensibilizados con la realidad familiar. Veremos cómo la tecnología y el talento humano aunarán esfuerzos de manera sinérgica, hasta crear una nueva cultura de trabajo que brinde oportunidades para todos.